El 10 y 11 de junio se celebró la tradicional fiesta de San Antonio, por segunda vez desde su recuperación el año pasado. Esta manifestación de fe recorre la ciudad de Cruz del Eje de un extremo al otro, con música, oración y color.
La histórica imagen de San Antonio de Padua se custodia en un oratorio en el corazón del barrio que lleva su nombre. Cada año, el sábado anterior a la memoria litúrgica del santo, los vecinos acostumbraban a llevar en procesión la imagen hasta la Iglesia Catedral (4 km) e irla a buscar al día siguiente. La procesión era muy colorida, con banderas, cantos, bombos, guitarras y una serie de rituales propios. Por diferentes motivos esta procesión dejó de hacerse por muchos años y por iniciativa de nuestro Obispo, atendiendo al pedido de numerosos fieles, se recuperó en el año 2022.
El sábado 10 de junio a las 14:30 h comenzó la procesión hacia la Iglesia Nuestra Señora del Carmen. El recorrido fue el histórico, las mismas calles de antaño. Acompañó la procesión nuestro Obispo monseñor Ricardo. Estaban presentes los frailes franciscanos capuchinos de La Cumbre. Al llegar a la Catedral, el párroco José Barrera los recibió.
El domingo por la mañana los vecinos de San Antonio fueron a buscar la pequeña imagen del santo y volvieron a recorrer la ciudad de una punta a la otra hasta el oratorio, escoltada por cientos de caballos de varias agrupaciones gauchas de la ciudad y alrededores. Al llegar se celebró la Santa Misa que presidió nuestro Obispo Ricardo. Luego hubo una fiesta popular con canto, baile y destrezas gauchas.
En la procesión de regreso se llevó al barrio San Antonio la imagen de la Beata Mama Antula, que fue recientemente entronizada en al Iglesia Catedral, para dar inicio a una misión popular barrial. El párroco Gustavo Orellana precisó: “La misión se desarrollará con jóvenes, principalmente en los Barrios La Curva y San Antonio, para llegar después hasta la localidad del Tropiezo y los Hormigueros. Como nos había pedido el obispo Ricardo a los sacerdotes, en relación a Mamá Antula: ‘Hagamos que su imagen y su historia caminen por nuestras parroquias'”.
Los vecinos se comprometieron a mantener viva esta hermosa celebración, manteniendo la esencia y abriéndose a las actualizaciones que requiere el tiempo presente y el Espíritu vaya suscitando, con el propósito de ser un símbolo misionero para la ciudad, porque como dice el documento de Aparecida: “El caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador por el cual el pueblo cristiano se evangeliza a sí mismo y cumple la vocación misionera de la Iglesia” (264).
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