“Tratar con misericordia es hacer propio el sufrimiento del hambriento, el desnudo, el sin techo y el preso, y luchar para que una vez ayudado no vuelva a la situación anterior”. Expreso el obispo Araya el pasado viernes 18 de agosto frente a una multitud de peregrinos que celebraron a San Roque en Villa de Soto.
Desde muy temprano, promesantes y peregrinos de toda la zona, y de provincias vecinas, se acercaron al Santuario de Villa de Soto para agradecer y pedir gracias al santo Roque y peregrino.
Como cada 18 de agosto miles de fieles se congregan en la plaza San Roque para celebrar y manifestar su fe en una fiesta histórica y de las más importantes de la provincia de Córdoba.
Monseñor Ricardo Araya presidió la celebración de la Eucaristía en el atrio del Santuario. En su homilía dedicó, en primer lugar, unas palabras de agradecimiento el padre Pedro López, fallecido el 15 de julio de este año y quien fuera párroco durante muchos años de este Santuario.
Luego monseñor Ricardo reflexionó acerca del Santuario como lugar de misericordia: “El Santuario es el lugar donde experimentamos la misericordia. Es el lugar para experimentar que toda nuestra vida se resuelve en el amor misericordioso del Padre. El amor de Dios sabe leer el corazón de cada uno, sabe comprender los más profundos deseos”.
El obispo Araya recordó que las obras de misericordia nos ayudan a comulgar con Dios: “Se tiene hambre de pan y también de amor. Se está desnudo cuando falta el vestido pero también cuando lo que falta es el respeto y el reconocimiento de la dignidad humana. No se tiene hogar porque falta la casa y también porque se es rechazado y excluido, y no se tiene un lugar en la Iglesia, en la sociedad.
Se está preso cuando se está en la penitenciaría y también en muchas otras situaciones que quitan la libertad. Hay muchas maneras de vivir encarcelados”. Sostuvo el obispo.
Y añadió: “Tratar con misericordia es también luchar contra las causas del hambre, la desnudez, la cárcel”.
Luego de la misa, se realizó la tradicional procesión con el santo, que fue escoltada por los cadetes de la Escuela de Policía; la virgen de la Asunción, portada por el cuerpo de Bomberos y la imagen del beato Ceferino Namuncurá, acompañados por agrupaciones gauchas a caballo. Un mar de peregrinos inundó las calles de Soto.
Al regresar de vuelta al Santuario, comenzó el tradicional desfile de agrupaciones gauchas, animados por payadores y por los miles de fieles que agitaban pañuelos y daban gracias ante la imagen de santo patrono que vestido de azul y oro una vez más caminó junto al pueblo.
En este momento, la feligresía de Villa de Soto en nombre de su intendente, Fernando Luna, entregó una placa conmemorativa y una gigantografía a los familiares del padre Pedro López como reconocimiento al bien hecho en este pueblo.
La novena se realizó del 9 al 17 de agosto. Contó con la participación del padre Gustavo Humarán de la diócesis de la Villa Concepción del Río Cuarto que sirvió en el ministerio de la predicación y la atención de los enfermos.