Este domingo 15 de septiembre en la ciudad de Villa Dolores, miles de feligreses celebraron a su patrona en la misa que presidio el obispo Ricardo Araya.
Fueron diez días de abundante convocatoria en la Basílica Menor Nuestra Señora de los Dolores. Desde muy temprano, cada día, se rezó el rosario de la aurora por las calles de la ciudad. Monseñor Vicente Zappia fue el sacerdote que predicó todos los días de la novena, también acompañó y visitó enfermos durante los diez días.
Nuestro obispo Ricardo Araya presidió la misa de cierre en el atrio de la Basílica ante un imponente marco de fieles devotos de la virgen de los Dolores. Monseñor Ricardo invitó a que con María contemplemos el misterio de la cruz: “Dice el texto: ‘junto a la cruz, estaba su Madre ‘. La cruz es el símbolo supremo del amor de Dios, la virgen nos invita a mirar la cruz, nosotros estamos acostumbrados a mirar este signo: está en nuestras escuelas, hospitales, casas, instituciones, cementerios, está en la cumbre de nuestros cerros, el símbolo más grande del amor de Dios”. Reflexionó el obispo.
Luego el obispo explicó que en el valle de Traslasierra hemos recibido de Dios una hermosura que estamos llamados a cuidarla: “La bondad la dulzura y la hermosura dimanan de Dios y la vemos en María, en nuestra gente y en este paisaje de Traslasierra. Esa bondad y hermosura derivan de Dios como de su fuente, siempre que hay algo de hermosura, ahí está Dios”. Sostuvo.
Durante los nueve días la imagen de la Virgen de los Dolores visitó todas las instituciones y los barrios más alejados de la ciudad. El obispo felicitó a la comunidad y sacerdotes por esa iniciativa: “Una parroquia que no llega a las orillas de su territorio está enferma si no llega a las periferias una y otra vez. Queridos hermanos y hermanas ¿Qué haremos nosotros con la fe que hemos recibido de nuestros mayores? Tenemos mucho que hacer. Somos en Villa Dolores el Pueblo de Dios que ha sido llamado a prolongar la obra de Jesús, que ha venido a salvar y no a condenar, que vino a servir y no a ser servido”. Cerró monseñor Araya.
Luego de la celebración, se llevó a cabo una multitudinaria procesión con la Virgen de los Dolores por toda la ciudad.