El domingo 16 de julio se celebró la fiesta patronal diocesana en honor de Nuestra Señora del Carmen. Gran cantidad de fieles participó de la misa y procesión en la Iglesia Catedral.
Una nueva fiesta diocesana se celebró en la sede de la Diócesis de Cruz del Eje al celebrar la solemnidad de Nuestra Señora del Carmen. Esta advocación también es patrona de La Cumbre, Villa de Las Rosas, Altautina y Chancaní. En esta última localidad, la capilla celebró 50 años desde su inauguración.
Nuestro obispo monseñor Ricardo presidió la misa central en el atrio de la Iglesia Catedral. Al comenzar la celebración se hizo mención al fallecimiento del padre Pedro López, quien fuera párroco de la Iglesia Catedral en dos periodos, pidiéndole a Dios que nos muestre los caminos que él abre en medio del dolor.
Haciendo alusión al evangelio (Jn 2, 1-11), el obispo invitaba en su homilía a seguir el mandato de María “hagan todo lo que él les diga: ¡cómo no encontrar en las palabras de la Virgen un corazón de madre! Porque la madre es la que se da cuenta de lo que hace falta, de lo que es preciso conseguir. Ella toma la iniciativa porque se anticipa de los que va a suceder y pasa a la acción. Muchas mujeres son reflejo de la maternidad de María. Nadie las conoce, están escondidas, nunca saldrán en un noticiero. Gracias a estas mujeres presenciamos que se hace posible el milagro de la vida y de la alegría en medio de los problemas, haciendo que alcance lo poco que hay en el hogar, en los comedores, en los merenderos, en la calle.”
“El vino en la Biblia es sigo de fiesta, de alegría. No tienen vino es como decir le falta la alegría, falta la alegría de la salvación. Solía contar el padre Pedro que en su primera misa en Villa Sarmiento, el padre Ricotti que predicó le dijo: ‘no le quites el vino al pueblo’, que significa que no le quite a la gente la alegría que trae Jesús, la alegría de sentirse amigo de Dios. La misa es una fiesta porque nos comunica la alegría, porque nos hace y nos sentimos hijos queridos de Dios. Hijos valiosos a los ojos de Dios. Por eso nos animamos a decir: Jesús te pedimos que no nos falte el vino de la alegría compartida, del trabajo digno, de la educación integral, de la justicia para todos. Que nos falte el vino de la fe en Dios, de la esperanza y del amor solidario con los que menos tienen, con los que menos pueden, con los últimos”. Precisó monseñor Ricardo.
Continuó monseñor Araya: “La manifestación de fe que hoy protagonizamos es esa fiesta donde el vino, esto es la alegría de sentirnos hijos y hermanos, se canta, se camina. Felicitaciones gente buena de Cruz del Eje por salir a las calles rezando y alabando a Dios y venerando a la Madre de Jesús y nuestra Madre. No se entiende Cruz del Eje sin el amor a la Virgen del Carmen. Deja de ser Cruz del Eje si no hay manifestación del amor a Nuestra Señora del Carmen. Porque está metido en lo mas profundo de la identidad de su pueblo. Felicitaciones porque año a año son protagonistas de esta fiesta de fe. Es una hermosa muestra de fe comunitaria donde palpa aquello de que por el Espíritu Santo el pueblo evangeliza al pueblo”.