“No se trata de muchas cosas, sino de representar de manera creíble la acción de Dios en los sacramentos, en la palabra y el servicio” – Mons. Araya a los nuevos sacerdotes

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Marcelo Olmedo, Santiago Houssay y Samuel Casarin fueron ordenados sacerdotes el sábado 27 de septiembre en Villa Cura Brochero.

Tres nuevos sacerdotes de la Sociedad de Vida Apostólica San Juan fueron ordenados en Villa Cura Brochero por la imposición de manos del Obispo de Cruz del Eje. Una multitud de fieles provenientes de distintos lugares de Argentina, Uruguay, Chile, Estados Unidos e Italia colmaron el Salón Parroquial “Mi Purísima” para acompañar a estos nuevos presbíteros. Concelebró el obispo de Villa María, monseñor Samuel Jofré, el director de la Sociedad San Juan, el padre Iván Pertiné y numerosos sacerdotes.

Monseñor Ricardo Araya animó a los neopresbíteros a ser constructores de unidad: “con el carisma propio de los misioneros de la Sociedad San Juan, esfuércense en la promoción de la unidad. La unidad de todos con Dios y la unidad de unos con otros. En un mundo que parece resquebrajado, que por momento se rompe a pedazos, sean maestros de la unidad. Cristo es y sigue siendo el Pastor de su Iglesia y solo es ‘representado’, por medio de pastores humanos y de la actividad que ellos desarrollan. Los ‘representantes’ están libres de tener que reemplazar al Pastor. No se trata de hacer cosas y más cosas, sino de representar de manera creíble la acción de Dios en los sacramentos, en la palabra y el servicio; y en la manera de gestionar la vida personal. Se trata, entonces,  de  preparar corazones bien dispuestos para recibir los dones de Dios y para que esos dones fructifiquen“.

El obispo también los instó a ser cercano a todos, especialmente a los más pobres: “Sean cercanos con los que siempre vienen, pero sobre todo con los de lejos. La pregunta es qué van hacer para llegar a los que están lejos. A esta altura de lo expresado aparece el Santo Cura Brochero: un hombre, creyente, sacerdote que supo andar por los caminos de la unidad, atravesando quebradas y montes espesos hasta hacer posible el encuentro. Buscó la unidad sin negar los conflictos, sin poner solo una manera de pensar las cosas; buscó que prevaleciera la unidad que despuntaba en cada conflicto. Supo el cura Brochero unir a las personas con Dios, a unir a las personas entre si, y supo tener él un corazón no dividido, esto es, ser hombre de una sola pieza“.

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