El equipo de protección y prevención de la diócesis continua trabajando y realizando los talleres de sensibilización en promover la cultura del cuidado y de buen trato en todos los espacios pastorales.
El sábado 16 de agosto, miembros del equipo tuvieron un encuentro de sensibilización con el equipo coordinador de la pastoral juvenil en Las Tapias.
El viernes 22 de agosto, con voluntarias de la Capilla “San Antonio y Divino Niño”, en Cruz del Eje, junto a agentes de pastoral de la Iglesia Catedral realizaron el taller en capacitación de prevención de abusos y presentación del Protocolo diocesano.
El sábado 23 de agosto, en la Fundación Esperanza, se encontraron con todas las responsables de los merenderos de dicha fundación, un encuentro fructífero en la toma de conciencia para cuidar y proteger a nuestros niños y niñas.
Encuentros que van abriendo horizontes, planteando desafíos a los cuales juntos tendremos que ir buscando como dar respuesta.
TALLERES DE CAPACITACIÓN.
Después de un primer encuentro virtual con todos los que participan en esta formación que promueve el equipo, y contando con la presencia de nuestro pastor, se comenzó la formación en cuidado y protección.
El sábado 23, en la parroquia “Ntra Sra del Valle”, en Cruz del Eje, los participantes de la vicaria norte: y el sábado 30 en la Casa de la caridad en Villa Dolores con participantes de la vicaría sur.
Un camino para ir descubriendo cómo generar espacios sanos, seguros, saludables para niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables en todos los ámbitos pastorales de nuestra iglesia diocesana.
Desde las distintas parroquias de donde provienen los participantes, se inicia un camino de profundización en todo aquello que atenta en nuestras relaciones, buscando que la cultura del buen trato, vaya siendo realidad en nuestras comunidades, áreas de servicio, movimientos, ámbitos educativos, juveniles, misioneros.
Como nuestro querido Padre Brochero queremos seguir abriendo nuevos caminos de protección en especial de aquellos que Dios nos confía, los pequeños y vulnerables, y ayudar a ir gestando nuevos modos de compartir la alegría del Evangelio que nos invita a salir al encuentro y cuidado de los más heridos.
La propuesta que se va viviendo de modo fraterno ,refleja una vez más lo sagrado que es el otro, nuestro hermano, nuestra hermana, cuánto más, el pequeño y el débil.
Damos gracias a Dios, una vez más por este camino colmado de Esperanza que vamos recorriendo, teniendo la certeza de que somos llamados a ser samaritanos y misioneros del cuidado al modo Jesús.
