El 16 de agosto se realizó en la ciudad de Córdoba la sesión de clausura de la fase diocesana del proceso de canonización de la Sierva de Dios Pura Rosa del Carmen Olmos, religiosa profesa de las Hermanas Carmelitas de Santa Teresa de Jesús, nacida en La Cumbre territorio de nuestra Diócesis.
Tras varios años de trabajo, el viernes 16 de agosto en horas de la mañana se realizó la sesión de clausura de la fase diocesana del proceso de canonización de la Sierva de Dios Pura Rosa del Carmen Olmos, religiosa profesa de las Hermanas Carmelitas de Santa Teresa de Jesús (Arg). La ceremonia, realizada en el Arzobispado de Córdoba, fue presidida por el arzobispo de Córdoba, el Cardenal Ángel Rossi, y el vicario judicial de la arquidiócesis, Pbro. Lic. Osvaldo Morero. Asistieron también los miembros del Tribunal y el postulador de la causa monseñor José María Arancibia, arzobispo emérito de Mendoza.
Antes de comenzar, las pruebas documentales y testificales del proceso fueron colocadas en cajas a la vista de todos, para ser entregadas al Dicasterio de las Causas de los Santos en la Santa Sede. Durante la sesión la superiora general de la Congregación de Hermanas Carmelitas de Santa Teresa de Jesús (Arg.) madre Gabriela Rizzi, representado la parte Actora del proceso, hizo presente la figura de la Sierva de Dios.
La “Hermana Purita” nació un 26 de febrero de 1896 bajo el nombre de Secundina Guadalupe Olmos Campos en la localidad de La Cumbre. El 27 de octubre de 1917 ingresó al postulantado del Instituto de Hermanas Carmelitas de Santa Teresa de Jesús, donde profesó el 29 de diciembre de 1926. En la congregación desempeñó numerosos servicios como el de maestra de novicias, superiora local, ecónoma y consejera general. Y también los oficios de enfermera, proveedora, y portera, en las distintas casas del Instituto. Tras una breve enfermedad, falleció en Córdoba el 28 de julio de 1965, a los sesenta y nueve años de edad. Quienes la conocieron recuerdan su vida de sacrificio y su abnegado espíritu fraterno y solidario y proclaman: “Era una santita”.
Sus restos descansan en el cementerio de San Jerónimo, en el panteón de las hermanas Carmelitas de Santa Teresa de Jesús, donde nunca le faltan flores frescas y los cientos de cartas que agradecen las gracias recibidas a la Hermana Purita. Según las instrucciones de la Congregación para la Causa de los Santos, una causa de beatificación debe ser iniciada en el lugar donde murió esa persona luego de un riguroso estudio de sus virtudes heroicas. La fase diocesana de la Sierva de Dios se inició en 1996 promovida por el arzobispo de Córdoba el Cardenal Raúl Primatesta.
En el acto de clausura de la fase diocesana la madre Gabriela señaló que: “La Sierva de Dios vivió como heredera de la obra y el espíritu de Fray José Antonio de San Alberto fundador de nuestra familia religiosa. Su vida estuvo marcada por la entrega generosa en clave de misericordia, de ternura y compasión hacía todos”. Así mismo Madre Gabriela destacó que: “En tiempos de sinodalidad, esta humilde Sierva de Dios, resplandece -con su serena sencillez evangélica- caminando junto a otros, e inspirando nuestro camino común, como Iglesia; por lo cual, sería una gracia especial, para todo el pueblo de Dios, el reconocimiento de su vida virtuosa”. Por su parte el Cardenal Rossi realizó una breve semblanza de la figura de la Sierva de Dios recordando su disponibilidad, servicio y cercanía: “Era muy amiga de los pobres, y era la que estaba siempre y a toda hora disponible” señaló Rossi, quien se mostró muy agradecido por el trabajo realizado durante esta fase del proceso.
Acto seguido el Sr. Arzobispo recibió el juramento de los miembros del Tribunal de Instrucción que declararon haber cumplido fielmente su oficio observando las normas vigentes. Para finalizar el Cardenal Rossi leyó el decreto de clausura y mandó que el acta de la sesión, firmadas y selladas se incluyan tanto en los originales, como en el trasunto y la copia pública que han de enviarse al Dicasterio para las Causas de los Santos. Finalizada la sesión, las Hermanas Carmelitas de Santa Teresa ofrecieron un brindis para celebrar la feliz ocasión.
A partir de ahora se inicia la fase romana del proceso, que tendrá como primer paso recibir las actas, darles validez jurídica y comenzar la redacción de la “Positio”, como pasos necesarios para obtener el decreto de Vitudes Heroicas, y que la Sierva de Dios, sea reconocida como Venerable.
Para contactarse con las Hermanas: hermanapurita@gmail.com