El domingo 19 de marzo se celebró la Misa en el Seminario “Menor San José” con la participación de 200 fieles que conmemoraron los cincuenta años de vida de la casa de formación.
Un domingo de fiesta con ambiente familiar se vivió en la localidad de Las Tapias, al sur de la diócesis de Cruz del Eje con motivo de celebrar las Bodas de Oro del Seminario. Sacerdotes, representantes de las Obras de Vocaciones Eclesiásticas Sacerdotales, ex alumnos, diáconos, vida consagrada y familias compartieron la Misa, el almuerzo, anécdotas, música y videos emotivos en el lugar.
Monseñor Ricardo Araya inició la celebración manifestando su agradecimiento a Dios y al Pueblo por poder contar, desde hace 50 años, con el Seminario San José. Luego el padre Jorge Frigerio recordó la etapa de formación en casa contando cómo fue la fundación del Seminario en 1973. También el profesor Jorge Romero, ex alumno, recordó con afecto sus años en la casa de “Las Tapias”.
En la homilía el obispo recordó a monseñor Enrique Pechuan Marín, primer obispo de la diócesis y también al padre Luis Donato, primer Rector, a los obispos y formadores sucesores que trabajaron y se cansaron por servir al Reino de Dios desde este lugar.
“Me llama la atención que a lo largo de estos años el Seminario, pasando por diversas etapas, haya mantenido mucha vinculación con la vida pastoral y haya contribuido a la identidad religiosa de la Diócesis”. Reflexionó Araya.
Monseñor Ricardo aprovechó la ocasión para explicar la nueva modalidad que adopta el Seminario Menor en este tiempo: “Con renovada confianza ponemos hoy en manos de San José y de la Virgen del Carmen este Seminario como espacio de pastoral juvenil. Desde hoy lo llamamos Seminario Menor Ambiental “San José”, un lugar para quienes sientan la necesidad de ser acompañados en el discernimiento vocacional. Nuestros jóvenes, mujeres y varones, tienen derecho a contar con espacios físicos, humanos y pastorales, donde expresarse, rezar y soñar su propio futuro” Sostuvo el obispo.
La etapa de Seminario Menor se presenta como un tiempo destinado a invitar y formar a jóvenes que sean capaces de responder libremente a lo que Dios les llama.
Nuestro Seminario Menor “San José”, atendiendo a esta necesidad, asume en su tarea una nueva modalidad denominada “Seminario Ambiental”.
El Seminario Ambiental acompaña al joven en el discernimiento de una posible vocación sacerdotal. Sin desarraigarlo de sus ambientes como son: su familia, colegio o parroquia, el Seminario acompaña al joven en su maduración humana, cristiana y pastoral. Para ello, se le brindan al seminarista diversas actividades como lo son el acompañamiento espiritual, retiros, catequesis, convivencias, deporte y alguna forma de vida comunitaria.
Breve historia del Seminario Menor San José
El Obispo Enrique Pechuán Marín inaugura el Seminario Menor “ San José “ en la localidad de Las Tapias un 19 de marzo de 1973, ratificando su preocupación pastoral por el fomento de las vocaciones sacerdotales, como lo había expresado en su primera Carta Pastoral, “ha de ser mi primera y constante preocupación (…) buscar, cultivar y formar las vocaciones sacerdotales. ( …) en esta tierra del padre José Gabriel Brochero“ ( Primera Carta Pastoral, Página 7 ) Para esta tarea designa como primer Rector del Seminario Menor, el Pbro. Luis Donato Ricardo.
El padre Donato con 43 años asume la responsabilidad sabiendo que el contexto eclesial de la década del ´60 era poco favorable en cuanto a las vocaciones sacerdotales. (Había disminuido de sobremanera el número de seminaristas en el Seminario de Córdoba) además según contaba él era el único sacerdote teniendo que hacer de padre, enfermero, maestro, chofer, confesor (lo normal era tener un equipo de formadores) y aun reconociendo no ser apto para esa tarea, decidió aceptar la voluntad de Dios.
El lugar elegido como casa de formación fue una casa de campo que había comprado la parroquia de Villa Dolores en Las Tapias para que fueran las familias los fines de semana. El edificio estaba en mal estado, con goteras en las habitaciones pero con un amplio espacio para construir.
Al ver esta situación vecinos y amigos comenzaron a colaborar, ya sea con alimentos, como así también con trabajo para poner la casa a punto. El 1° obispo, monseñor Enrique Pechuán Marín monitoreaba de cerca la marcha del seminario y de los seminaristas como así también la promoción de las Oves que rezaba y ayudaba al seminario.
Cientos de jóvenes pasaron por nuestro seminario y en todos ellos la semilla plantada por monseñor Pechuán ha germinado en diferentes vocaciones al servicio de la Iglesia como sacerdotes, laicos, padres de familia, profesores, médicos, policías que han vivido en esta casa y la recuerdan con afecto. Los obispos y sacerdotes formadores que sucedieron, también se involucraron en la vida del seminario haciendo que ese árbol crezca y se haga fuerte.