El sábado 2 de diciembre Andrés Altare y Patricio Buteler, misioneros de la Sociedad San Juan, recibieron la ordenación diaconal de manos de monseñor Ricardo Araya en la sede parroquial de la Parroquia El Salvador de Serrezuela.
Los sacerdotes de la Sociedad de vida apostólica “San Juan Apóstol”, atienden pastoralmente la parroquia El Salvador de Serrezuela hace catorce años. La jurisdicción parroquial es amplia, va hasta los límites con La Rioja. Es la primera vez que celebran la ordenación diaconal de alguno de sus miembros en este lugar. Un motivo de mucha alegría para toda la comunidad.
Andrés y Patricio nacieron en Buenos Aires. Su camino de fe con la Sociedad San Juan comenzó hace muchos años, y luego de un proceso de discernimiento, han descubierto que Dios los llama al ministerio sacerdotal con este carisma de la Nueva Evangelización. Como parte de ese camino de formación, reciben la ordenación diaconal. Acompañaron en la celebración, sus padres y algunos hermanos.
Nuestro obispo expresó en la homilía: “En toda consagración aparecen rostros que nos miran, y los que nosotros miramos son el rostro de Cristo en la Cruz y los rostros de los hermanos peregrinos. Peregrinos de un mundo nuevo, buscadores de eternidad. Peregrinos en búsqueda de lo que no pasará jamás. La Iglesia ha de mirar a la cruz y comprender que la pasión es servicio por amor. Por el sacramento del Orden no dejamos de ser discípulos, siempre servidores unos de otros. Cada con su propia intensidad, con su esencial y modalidad”.
Hablando sobre el ministerio diaconal, monseñor Ricardo expresó: “El diácono representa a Cristo servidor dentro del Pueblo de Dios. En la Iglesia, este llamado al servicio es para todos, pero hay algunos que lo ejercitan de modo especial por un sacramento que es esencial a la Iglesia de Cristo, un signo que le hace presente y que es instrumento de su acción. El diácono es un enviado de Cristo que la comunidad recibe. La iniciativa es de Dios quien con su autoridad lo envía a continuar su misión en el mundo. Esto no elimina la igualdad fundamental con todos los discípulos misioneros, sino que capacita de una manera especial el modo de estar al servicio, animando y nutriendo la capacidad de servir de cada uno y de todos. Los ministros ordenados seguimos siendo miembros del pueblo de Dios. Primaria y fundamentalmente somos miembro del pueblo de Dios, creyentes en Cristo, cristianos. Este es nuestra dicha y nuestro gozo, nuestra alegría. Lo mejor que nos pasó en la vida. El diaconado no nos hace más cristianos, sino que indica el modo de servir a los creyentes. Andrés y Patricio hoy reciben un don que después comprenderán; porque no nos alcanza la vida para comprender la grandeza del don del diaconado, la gratuidad de este don, lo que realmente esperan los hermanos”.
NUEVO PÁRROCO DE SERREZUELA
Esta misma comunidad parroquial recibió el 3 de diciembre a su nuevo párroco, el padre Santiago Feü, sacerdote de la Sociedad San Juan. P0residió la Misa de toma de posesión el Vicario General de la Diócesis, el padre Hugo Rizzo.