El 16 de julio es la solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, patrona de la Diócesis de Cruz del Eje y de la comunidad de la Iglesia Catedral. Una multitud de fieles se congregó para celebrar la misa y la procesión que presidió nuestro Obispo.
La Virgen del Carmen es patrona de la Diócesis y de las localidades de Cruz del Eje, La Cumbre, Chancaní, Altautina, Villa de Las Rosas, La Argentina y Morteritos. Su devoción va acompañada de la práctica piadosa de llevar el santo escapulario, que muchos fieles se lo imponen en este día. Es destacable que muchos devotos rezaron la novena y participaron de las celebraciones, entre ellas el rosario de la aurora, en medio del frio intenso de esos días.
La patronal en la Iglesia Catedral de Cruz del Eje fue presidida por monseñor Ricardo Araya y concelebrada por numerosos sacerdotes de la Diócesis de Cruz del Eje y algunos venidos de Rio Cuarto. En su homilía el obispo hizo mención al Año Jubilar que estamos transitando por los 60 años de la creación de nuestra diócesis y nos invitó a vivir esa celebración como un encuentro con Jesús que nos invita a ser parte de su familia: “Este es un día para pedir que aumente nuestra fe en Jesús, en su Palabra, en sus promesas; ayudados por la intercesión materna de la Virgen del Carmen. Que ella nos muestre la cercanía de Dios y que nos ayude en el deseo de hablar con Dios y poner en práctica su voluntad. Dice el evangelio que Jesús estaba hablando y alguien le dijo “tu madre y tus hermanos (quiere decir los parientes cercanos) están fuera y desean hablar con vos. Y él señalando a la multitud responde, todo aquel que hace la voluntad del Padre, ese es mi madre y mis hermanos”. Es como si le dijeran al Señor esta tarde: Jesús se ha reunido mucha gente en Cruz del Eje y desean hablar con vos. Jesús nos invita a ser de su familia, no por vínculos de sangre, sino por la práctica del amor, por la práctica de todo tipo de bien. La Iglesia familia de Dios trasciende la propia familia, el propio barrio“.
“El respeto y veneración a la Madre de Jesús ponen de manifiesto el alma de nuestra ciudad y de nuestra Diócesis. Tantas veces ante esta imagen los cruzdelejeños han derramado la carga de dolor y de esperanza, de penas y de sueños. Le han dicho una y otra vez que no podían solos, que sin Dios no podemos nada. Tantas veces en esta ciudad muchos de ustedes golpeados por los acontecimientos, ignorados por los que tienen poder, despojados del trabajo que permite vivir con dignidad; no han bajado los brazos y se han agarrado, con uñas y dientes, al amor de Dios manifestado en el rostro de la Virgen del Carmen“. Expresó el obispo.
Monseñor Araya finalizó la homilía enfatizando la importancia de vivir la fe con gusto de ser pueblo: “No perdamos el deseo de hablar con Jesús todos los días y todas las noches. Que nuestros niños aprendan el lenguaje de la oración en nuestras casas. Que no haya joven que desconozca quien es Jesús y se anime a hablar con Él. Hablemos todos con Él para seguir apostando por la familia, con el gusto de ser pueblo, de ser hermanos, solidarios con el que más sufre, porque no lo quieren o no se siente querido. Que esto pase siempre en la Capilla, en el Colegio y en el Club. Ella puede ayudarnos a sentirnos familia, la familia de Jesús. Los que acá nacieron y crecieron, y los que hemos sido adoptados por ustedes. Que seamos todos y siempre hermanos y familia de Jesús.“