El martes 10 de junio, monseñor Ricardo Araya, recibió a las hermanas Ángela, Blanca y Nataly, tres de las Hermanas Doroteas de Cemmo, que residirán en la ciudad de Cruz del Eje.
Una nueva orden religiosa se suma a la riqueza de vocaciones de Vida Consagrada de nuestra diócesis de Cruz del Eje. Miembros de la Parroquia Santa Rosa de Lima junto al padre Gustavo Orellana y monseñor Ricardo, le dieron una afectuosa bienvenida a las religiosas que vivirán en la antigua casa de las hermanas de la Inmaculada de Génova, ubicada en calle Sarmiento 121 de Cruz del Eje.
Las tres hermanas que vivirán en la casa son de nacionalidades distintas y variadas: la hermana Ángela es italiana, mientras que la hermana Nataly es oriunda de República del Congo y la hermana Blanca, por tanto, la única argentina.
Las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo son un Instituto de Vida Consagrada de Derecho Pontificio, fundado por Annunciata Asteria Cocchetti, una religiosa católica italiana que dedicó su vida a la educación de los pobres en la provincia de Brescia, Italia.
Cocchetti hizo sus primeros votos como religiosa en 1843 y fue muy cercana al beato presbítero Luca Passi, quien fundó una congregación muy similar a la de ella. Fue beatificada en la Basílica de San Pedro por el papa Juan Pablo II, el 21 de abril de 1991. Es patrona de su congregación y de los educadores en general.
Las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo están actualmente presentes en varios lugares de Italia, en Argentina, Brasil, Uruguay, Burundi, Perú, Camerún y República Democrática del Congo.
Monseñor Ricardo definió la llegada de las hermanas como “un regalo de Dios en este Año Santo” pidió que “sepamos corresponder a su generosidad”. El obispo recibió a las religiosas, acompañó el ingreso oficial a su nueva residencia y compartió con ellas un almuerzo de bienvenida.
Carisma de las Doroteas de Cemmo
Las hermanas están presentes en Argentina desde 1962. El rasgo distintivo es la animación como estilo de presencia educativa: acoger a la persona como hija de Dios, única e irrepetible; con amistad evangélica la acompañan en la vida cotidiana a reconocer riquezas y límites, para que sea protagonista de su propio crecimiento humano y cristiano.
Sus destinatarios son jóvenes en diversas etapas de crecimiento. Los atienden en diálogo con la familia y un espacio educativo para que se eduquen. Dan prioridad a las mujeres para ayudarlas a vivir su vocación específica como generadoras de vida en todos sus aspectos.
Viven su carisma en los colegios, en los centros de espiritualidad, en los centros culturales, en la parroquia, en las diócesis, en las organizaciones educativas y socio-sanitarias en misión.
Comparten el compromiso educativo con la comunidad laica y la fraternidad secular, nacida del mismo carisma de la Annunciata.
