El martes 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María, monseñor Ricardo Araya presidió la Eucaristía en la parroquia Nuestra Señora del Valle de Cruz del Eje que celebraba su fiesta patronal.
En un renovado templo monseñor Araya celebró la Santa Misa junto a los fieles que acudieron a la ceremonia cumpliendo con los protocolos de distanciamiento propuestos por el gobierno provincial. En la Misa concelebraron el párroco Maximiliano Martínez, el padre Arturo Porcel de Peralta y el diácono transitorio Gabriel Romero.

El obispo recordó que la fiesta de la Inmaculada Concepción es una de las más hermosas y populares de la Virgen: “La Iglesia enseña, fundamentada en la Sagrada Escritura, que la Virgen no solo no cometió pecado, sino que fue preservada de la culpa original“.
Recordando al Santo Cura Brochero, monseñor Ricardo expresó que: “la purísima es la llena de Gracia porque tuvo la misión de recibir el don más hermoso que es Dios encarnado”.
En su homilía, monseñor Araya, hizo el particular pedido a la Madre Inmaculada: “Hoy queremos confiarle a los pequeños: los que todavía no han nacido, los gravemente enfermos y moribundos, los jóvenes que sufren las consecuencias de problemas familiares duros, las familias que luchan para pagar las deudas, los que perdieron o no encuentran trabajo, única forma de salir adelante”. Sostuvo.
Por último cerró su mensaje animando a que:”Todos seamos más solidarios, con mayor sentido de bien común que los cruzdelejeños cuidemos la ciudad como patrimonio de todos y trabajemos para hacerla más linda, más justa y más pacífica“.