El 12 de julio se cumplieron 9 años del fallecimiento de monseñor Omar Félix Colomé, segundo obispo de Cruz del Eje. Monseñor Araya presidió la Santa Misa y luego se le impuso el nombre del difunto obispo a una calle de la Ciudad de Cruz del Eje.
Monseñor Omar Félix Colomé nació en Arroyito, Provincia de Córdoba, el 11 de diciembre de 1932. A los nueve años se mudó con su familia a Cruz del Eje. Fue ordenado sacerdote en Córdoba el 22 de septiembre de 1962. El 27 de septiembre de 1984 Juan Pablo II lo nombra Obispo de Cruz del Eje. Recibió la ordenación episcopal y tomó posesión de la Diócesis el 28 de octubre del mismo año en la ciudad de Cruz del Eje. Presentó su renuncia en 2007 al cumplir 75 años. Fue aceptada el 25 de enero de 2008 y continuó como Administrador Apostólico hasta la asunción de su sucesor. Falleció en Córdoba el 12 de julio de 2015. Se encuentra sepultado en la Parroquia Ntra. Sra. del Valle (ex Catedral).
En la Misa pidiendo por su eterno descanso, monseñor Araya expresó: “Fue un hombre que se dejó iluminar, escuchó, respondió y se dejó enviar. El Evangelio no es un Proyecto humano sino de Dios. Habla de sufrimientos y de aliento. De crecer en la capacidad de apasionarse: padecer por Dios y por su pueblo. Muchos conocemos las obras de monseñor Colomé, y también hemos escuchado hablar de sus sufrimientos. Y en unas y otros hemos visto a un obispo que amaba a su Diócesis, que había establecido con ella una alianza, un vínculo esponsal. Uno a veces se pregunta como se pueden amar estos dos esposos. A veces nos parece que este hombre no puede tener una mujer tan hermosa, y viceversa. Es que el amor es reciprocidad y también complementariedad. Y así el amor va creciendo. Creo que el padre Colomé fue haciendo de su historia una historia de amor con su Diócesis“.
La Municipalidad y el Concejo Deliberante de la Ciudad de Cruz del Eje quisieron reconocer el fecundo ministerio de monseñor Colomé en sus 23 años como obispo diocesano, colocándole su nombre a una arteria que va costeando el rio desde la calle Rivadavia hasta Aurelio Crespo. Allí estuvieron presentes numerosas autoridades civiles, entre ellas el intendente municipal. En ese momento monseñor Araya expresó: “Fue un hombre a que con especial cariño lo recuerdan en la ciudad de Cruz del Eje y que también lo recuerdan en las capillas perdidas y alejadas de los centros urbanos. Un hombre de oración que no dejo de tener los pies sobre la tierra con un nuevo horizonte, atento a los que viven en las orillas“.
