El 28 de junio se llevó a cabo en San Marcos Sierras el primer encuentro zonal de colegios de la Vicaría Norte de la Diócesis de Cruz del Eje. Participaron los estudiantes de quinto y sexto año, acompañados por directivos, docentes, preceptores, sacerdotes, religiosas y seminaristas. Nuestro Obispo monseñor Ricardo estuvo presente y dirigió unas palabras en el momento de oración.
Más de 500 estudiantes secundarios de quinto y sexto año participaron del encuentro zonal en el predio del festival de la miel de la localidad de San Marcos Sierras. Una jornada llena de música, reflexión y deporte acompañada de un sol radiante en ese pintoresco pueblo de las Sierras Chicas. El equipo organizador, compuesto por estudiantes, docentes y sacerdotes, venía trabajando de hace varias semanas para esta jornada. El objetivo era reunir a los colegios católicos de la Vicaria Norte de nuestra Diócesis, gestionados por el Obispado o alguna congregación, a los que se le sumó la escuela secundaria IPEM N°45 de gestión estatal de la localidad anfitriona.
De la zona pastoral Punilla participaron los colegios: Madre Cabrini, de Capilla del Monte, y Nuestra Señora de Lourdes de La Cumbre. De la zona Cruz del Eje los colegios: Instituto Nuestra Señora del Valle y San Juan Pablo II, ambos de la ciudad de Cruz del Eje. De la zona pastoral Soto-Serrezuela, los colegios: Instituto José Manuel Estrada y Santo Domingo (Hermanas Dominicas de San José), ambos de Villa de Soto.
Los estudiantes, acompañados de profesores, directivos, capellanes, seminaristas y consagradas, arribaron al lugar a las 9 de la mañana. Luego de la bienvenida a cargo del padre Pedro López, el padre Luis Sarla OFMCap impartió la bendición. El primer momento de la mañana consistió en la presentación por parte de cada colegio de un valor o problemática, elegida libremente por los estudiantes y preparada con antelación, en forma de representación artística: actuación, baile y canto. Los temas elegidos fueron: el cuidado de la casa común, la empatía, el diálogo, las adicciones, la amistad y la compasión.
Al finalizar las dinámicas, se hizo un momento de adoración eucarística. Los jóvenes prepararon esa oración con intenciones relacionadas con los temas propuestos en las representaciones. Luego nuestro Obispo les dirigió unas palabras inspirándose en la escena de Jesús perdido en el templo: “… al no verlo (a Jesús) sus padres creyeron que él se había quedado con sus amigos. Jesús no era una persona solitaria, estaba integrado a la vida de su pueblo. Yo quisiera eso para ustedes, que respeten a sus familias y sean capaces de salir e integrarse a la vida de los otros. Desearía que cada uno de ustedes viva este día como una invitación a estrechar la relación con Jesús.“
Monseñor Ricardo continúo diciendo: “Deseo profundamente que ustedes sean escuchados en cada uno de sus colegios. Que sus docentes los escuchen. Que los equipos directivos los escuchen. Ustedes tienen todavía mucho que aprender pero tienen cosas muy importantes que decir en cada uno de los espacios de sus centros educativos. Ojalá que los adultos tomemos conciencia de la importancia de escucharlos. ¡Pero escuchar en serio!, que significa olvidarse de lo que estoy pensando yo, para captar lo que el otro me dice. Dios quiera que los jóvenes que están aquí, y todos los otros, puedan ser más escuchados en los centros educativos a los que pertenecen.”
“Jóvenes que sean escuchados y jóvenes que escuchen a los que sufren. Chicos y chicas: escuchen ustedes los dolores que los otros tienen. Hay en los pueblos y ciudades de donde nosotros venimos, gente que la pasa mal. Ustedes deben ser capaces de organizarse para hacer algún bien, ofrecerse como voluntarios para aportarle un alivio al que la está pensando mal“, finalizó el Obispo.
Durante la tarde se desarrollaron juegos recreativos coordinados por los profesores de educación física de todos los colegios. Los estudiantes se mezclaron para poder conocerse entre ellos. Para terminar la jornada se plantó un algarrobo en el predio de la Capilla inspirados en visibilizar la importancia del cuidado de la casa común. Cada colegio se llevó un ejemplar de este árbol para repetir el gesto en sus instituciones.
